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sábado, 21 de febrero de 2015

Sabe demasiado...

Sabe demasiado, así que no me ha quedado más remedio que atarla al cabecero de la cama para que nadie pueda intentar sonsacarle nada. Le he contado mis secretos, mis penas, mis alegrías, mis planes –tanto los del finde, como los de dominación mundial–, ha escuchado todos mis pensamientos y ha visto mis sueños, pero nunca ha dicho una palabra en respuesta. Ha recibido mis besos, pero no me los ha devuelto. La he bañado con mis lágrimas, y me las ha secado con un pañuelo húmedo. Hemos dormido juntas, y siempre ha velado mis noches. Lo sabe todo de mí, y nunca se ha quejado… Pero me da miedo que hable, que se lo cuente a alguien… Por eso no puedo permitir que se marche. Siempre puedo pegarle un tiro, pero creo que eso no arreglaría nada… Podría hacerme con una nueva, pero es que esta me gusta mucho... Sí, sabe demasiado... Pero es mi almohada y tendré que confiar en ella. Además, siempre puedo amenazarla con dejarla en un armario y que se la coman las polillas si intenta algo.

miércoles, 18 de febrero de 2015

"Los vivos hacen más daño que los muertos."

Natalie salió del Ayuntamiento y se dirigió a la camioneta de Henry para recoger su equipaje.
-No sabes lo que haces, niña –dijo el hombre, mientras cogía la maleta más grande y la dejaba en el suelo.
-No tengo otra opción –replicó ella, con cansancio. ¿Otra vez con lo mismo? No es que ella fuese la persona más feliz del mundo por tener que quedarse a vivir sola en una casa en la que había muerto gente; aunque nunca se había topado con un fenómeno paranormal, estaba convencida de que aquel era el sitio ideal para una primera vez. Y no le hacía ilusión. Pero como habían dicho dentro, no había ni un puñetero sitio libre en todo el puñetero pueblo. Puñetas.
-Tú no crees en nada de esto, ¿verdad? –susurró Henry, apoyándose en el lateral de su coche con los brazos cruzados y la mirada sombría-. No crees que existan los fantasmas, aunque sean ellos quienes mantengan en pie tu puesto de trabajo.
Natalie le miró a los ojos durante dos segundos, tratando de averiguar qué demonios estaba tratando de conseguir el tipo. ¿Quería asustarla? Mierda, ya estaba bastante asustada ella solita, muchas gracias.
-De momento no he visto ninguno, señor Richardson –dijo, tratando de no sonar grosera, aunque realmente tenía muchas ganas de soltar una palabrota-. Y si algo he aprendido en New Clarence y en Paranormal Exists es que sólo debo creer en lo que puedo ver, y que los vivos hacen más daño que los muertos –tuvo que tragar saliva al decir eso, pues no pudo evitar que una imagen de Josh tendido sobre el pavimento mojado, ahogándose en su propia sangre, cruzara su mente. Antes de que Henry pudiese interrumpirla, siguió hablando-. Pero le aseguro que si hay algún fantasma en la Mansión, lo encontraré… Y puede que hasta le haga una entrevista.
La burla contenida en sus palabras hizo que el hombre entrecerrase los ojos.
-En tal caso, le deseo buena suerte, señorita Thomas –dijo, fríamente, y después señaló con un robusto dedo hacia la izquierda del Ayuntamiento-. La Mansión está a las afueras del pueblo, en esa dirección.

lunes, 16 de febrero de 2015

Cambios.

Ves un recuerdo, y cierras los ojos porque sabes que va a doler. Esperas que lo haga, que te destruya un poquito más... Esperas... y esperas... Pero no pasa nada. Abres un ojo, preguntándote por qué no duele, por qué no estás sintiendo cómo el pasado se abalanza sobre ti y te aplasta. Abres el otro, porque nada tiene sentido. No duele, no quema, no ahoga. 
¿Por qué? 
Porque ya no eres la misma persona. Porque lo que antes te hería, ahora apenas te roza. Porque has aprovechado la oportunidad que te ha dado el tiempo para avanzar, y has dejado el pasado atrás. Porque has decidido que tú eres más importante, y que vivir en los recuerdos no es sano. Has empezado a preocuparte por el ahora, y no por lo que ya fue.
Y entonces sonríes sabiendo que has ganado esa guerra, pero sin ser tan arrogante como para pensar que no habrá ninguna más.
Así que prepárate, y no dejes de avanzar.

sábado, 14 de febrero de 2015

El amor de Helena.

La culpabilidad suspiró tras los ojos de Helena mientras las llamas reducían Troya a escombros y cenizas. Había sido su amor el que había acabado con tan poderosa ciudad, el que había destruido miles de vidas y había entregado otras tantas almas a Hades, hasta el punto de que Caronte se estaba planteando demandar a Afrodita por explotación laboral.

domingo, 8 de febrero de 2015

Abstracción.

-Te abstraes a menudo y te encierras en tu mundo de fantasía –me reprochó, como si fuera algo malo.
-Sí, claro –repliqué, con una sonrisa llena de la obviedad que él no era capaz de ver- Es que es un lugar maravilloso. Ojalá pudierais verlo.
-¿Querrías que viésemos tu mundo? –su pregunta estuvo a punto de ofenderme. A punto. En cambio, sólo puse los ojos en blanco antes de responderle.
-No, mi mundo es mío. Yo quiero que veáis los vuestros, que entendáis que ahí dentro todo es posible –señalé su cabeza, pero él no pareció entender a qué me refería, así que señalé la mía propia- Aquí dentro soy un águila, y un dragón. Soy Hércules, y la mujer más hermosa del mundo. Un esqueleto sin sonrisa, una pluma que cae en el vacío y sigue cayendo eternamente. También soy el viento y las nubes. Me he acostado con Brad Pitt, y Leo Jiménez me ha susurrado una balada al oído. Tengo la voz más bonita del mundo, y puedo cantar sin que se desate una ciclogénesis explosiva. Soy yo. Soy todo. Soy nada. Nado, vuelo, repto, corro y hago la croqueta. Aquí, no tengo límites. Aquí, mi único límite soy yo.
»Dejo que un carro tirado por doce unicornios liderados por una tortuga me lleven allí cuando me agobio, o cuando la realidad me resulta triste y aburrida. A veces me llevan sin mi permiso cuando estoy distraída, y entonces parpadeo y ya no estoy en el metro, sino volando sobre un mar escondido en mitad del desierto; la biblioteca desaparece a mi alrededor cuando de entre los libros posados sobre los estantes comienzan a brotar flores con olor a invierno, o cuando el fauno del museo cobra vida y me invita a una bacanal dentro de un anillo de setas.
En serio, no sabéis lo que os estáis perdiendo con esa tontería de vivir siempre fuera de vosotros mismos.