Fuente: https://pixabay.com/es/los-libros-libros-antiguos-antigua-1812915/

miércoles, 18 de abril de 2018

"Descansa."

Te pido que te marches, porque estoy siendo egoísta, y tenerte así me parece mucho mejor que no tenerte... Y tú, después de todo lo que has hecho durante veintiséis años por mí, por todos, no mereces que sea egoísta contigo.
Te pido que te marches, porque estoy siendo cobarde, y no quiero tener que echarte de menos, no quiero simplemente recordarte... Yo quiero seguir viviéndote, pero no puede ser.
Te pido que te marches, porque no quiero pasar más tiempo a los pies de tu cama viendo cómo te apagas lentamente, tan lentamente que parece que no, pero sí.
Y me mata la espera, y me mata pensar que no voy a volver a verte si te vas. Me escuecen las lágrimas en los ojos como si fueran ácido, pero me las aguanto dentro como si fueran diamantes e intento hacerme la fuerte aunque me pueda la desesperación; se me encoge el estómago por las náuseas, pero siento también el hambre de quien lleva a pan y agua una semana, mi propio cuerpo rebelándose por la ansiedad.
Vete ya.
No te vayas nunca.
Vete ya, sí.
Pero, por favor, no me dejes nunca.