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miércoles, 20 de mayo de 2015

Cuentos con "final feliz".

-Vamos a jugar a un juego –dice, entre beso y beso. Se me escapa una risita.
-Creí que eso era lo que estábamos haciendo –replico, atrapando su labio inferior de nuevo.
-No, no, digo a uno de esos de rol –me empuja contra la pared mientras me acaricia un pecho y yo suspiro contra su boca-. Tipo "Caperucita y el Lobo".
-¿En serio? –me río otra vez, pero aunque me suena un poco zoofílico, no me disgusta la idea-. ¿Y tú serás el Lobo?
-Claro.
-¿Y me cazarás?
-Exacto –me besa con más fuerza.
-¿Y qué piensas hacer cuando lo consigas? –pregunto, clavando mis ojos en los suyos y desafiándole con la mirada. Me sonríe como si hubiera estado esperando la pregunta.
-Primero, te besaré mientras te quito la ropa –contesta, sin apartar la vista, y mete la mano bajo mi camiseta para acariciarme la piel del costado, que se me eriza al instante-. Luego, cuando estés aturdida, me abalanzaré sobre ti, saboreando el olor de tu perfume y sintiendo el correr de la sangre por las venas de tu cuello, y de vez en cuando lameré tu cuerpo atrapado bajo mis garras para aumentar tu agonía. Finalmente, como buen depredador, abriré mis fauces y te someteré.
»Eso es lo que haré, y disfrutaré de cada segundo.
"Creo que me van a gustar estos juegos", pienso, mordiéndome el labio inferior.
-¿Quieres saber qué haré yo? –pregunto, y aunque parece ligeramente sorprendido, asiente lenta y seductoramente mientras vuelve a besarme; bajo las manos hasta el botón de sus vaqueros, y lo desabrocho-. Te acariciaré mientras me follas, gemiré bajito en tu oído y te besaré con fuerza para ahogar mis gritos de placer. Pero, cuando me corra, clavaré mis uñas en tu culo y tu espalda, y cuando acabe, no sabrás quién fue el Lobo y quién Caperucita.
»Y lo mejor para ti es que te correrás tan fuerte cuando eso pase, que el "bosque" entero vibrará con tus aullidos.
Me mira fijamente, y aprecio que su sonrisa no es la misma, sino que parece más afilada. Sus ojos verdes se vuelven amarillos, y empiezo a notar un pelaje suave bajo mis manos.
-A ver cómo lo haces –dice, lanzándose a por mí.



"¡AAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!"