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martes, 24 de marzo de 2015

Dedicado a mi Nalla. Nunca pienses que no vales para esto.

El arte no conoce límites.
La poesía es arte, y no puedes acotarla con una norma porque dejaría de serlo.
Tú eres (y haces) poesía, y que le jodan a quien diga lo contrario.

domingo, 8 de marzo de 2015

Gente rota.

"Sabes que va a doler. Lo sabes. Pero lo esperas casi con ansia, quieres que el golpe llegue ya para que se pase cuanto antes y puedas empezar tu recuperación. Otra vez. Otra puta vez.
¿Y no será que eres masoquista? Porque realmente lo pareces. Quién sabe, quizás este tipo de morbo te guste, quizás te hayas hecho adicta a pasarlo mal. ¿Pero por qué? ¿Por qué no puedes simplemente alejarte? Pues porque no te da la gana, sencillamente, porque quieres ver cómo acaba todo, pero ¿sabes qué? Te haré un spoiler: tú, bien jodida. Otra vez. Otra puta vez.
Pero  ahí sigues, sabiendo que el final será ese y sin querer cambiarlo. Eres la resignación en persona, o quizás sólo otra gilipollas que espera que la vida se compadezca un poquito de ella y deje de hacérselo pasar mal de una vez, que deje de romperla."

Hay quien dice que la gente rota es más hermosa, porque sonríe con más ganas, vive con más ganas, siente con más ganas… En fin, todo con más ganas. ¿También quiere morirse con más ganas? Pregunto. Yo no sé dónde está la belleza en alguien que no encuentra una razón para levantarse por las mañanas, que se echa a llorar sin motivo y por cualquier cosa, que se ilusiona con nada aún sabiendo que se va a volver a romper. ¿Dónde está la belleza ahí? ¿Dónde coño está? Yo no me siento bella, no soy capaz. Además, ¿cuántas personas quieren realmente algo roto, eh? ¿Cuántas personas están dispuestas a soportar que el agua se escurra por el agujero de la copa y les moje la ropa?
Os gusta la gente rota porque creéis que podéis arreglarnos, que podéis devolvernos a nuestro estado original. Desengañaos, porque no es así. No sois Dios, y, personalmente, no creo que Dios fuera capaz de hacerlo tampoco. Las cicatrices permanecen aunque la herida haya sanado, y siempre se recuerda aquello que te provocó dicha cicatriz con más o menos dolor. Siempre.