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sábado, 10 de enero de 2015

«Je suis Charlie.»

«Je suis Charlie.»
Parece que lo decimos y se nos llena la boca, que con eso condenamos de pleno el terrorismo.
«Je suis Charlie.»
Pero yo no soy sólo Charlie.
Soy un país dividido por una guerra que, como todas, carece de sentido. 
Soy cada persona que ha muerto por una bala disparada en nombre de la religión.
Soy cada madre que ha perdido un hijo por culpa de un coche o un hombre que llevaba una bomba pegada.
Soy cada niño huérfano porque sus padres estaban en el lugar equivocado justo cuando empezó el tiroteo.
Soy cada hogar destruido por el odio y la intolerancia. 
Soy cada persona que intenta huir de un loco armado que le considera un hereje, y que quiere darle caza en una nueva Cruzada.
Soy cada decapitado por un verdugo que se enorgullece de la sangre en sus manos.
Soy todos los que tienen miedo a expresarse por si son ellos los siguientes en morir.
También soy Charlie.
Soy todos ellos. Soy yo, que no comprendo.

Que se condene al terrorismo por todo, y no por un solo acto.