Ojalá supiera la razón por la cual aún se me quiebra la voz cuando canto.
Ojalá entendiera por qué algo se me rompe por dentro con algunas melodías.
Ojalá pudiera llegar a adivinar qué es lo que me estrangula las cuerdas vocales en mitad de una palabra,
o por qué se me cierra la garganta y sólo puedo rezar
para que no se me escapen
de nuevo las lágrimas.
Tal vez sea tu ausencia, que hace que suene
más fuerte
el eco de tu voz.
El Universo de Andrómeda.
Bienvenidos al Universo personal de Sarah Havok.
lunes, 3 de febrero de 2020
jueves, 5 de septiembre de 2019
"Riqueza."
Tengo pocas cosas con valor meramente económico.
Lo mío es coleccionar recuerdos.
Tengo la firme creencia de que estos no se devalúan, aunque la persona o personas que ayudaron a crearlos ya no estén, de un modo u otro.
Pero esa felicidad, aun teñida del suave polvo gris del paso del tiempo, o la añoranza, ahí persiste.
Aún nos hacen sonreír.
Aunque después puedas pensar que todo lo demás salió mal.
Ahí queda ese recuerdo, esa suave dicha o esa feroz alegría, cuyo eco resuena en los huesos, en la memoria, en el alma.
Por eso muchas veces me detengo a acariciar con suavidad una de mis bolas de nieve, inundándome con las imágenes que me evoca el pensamiento de su adquisición.
Por eso huelo los libros antiguos, esperando que las palabras no escritas de su historia me cuenten lo que el autor no quiso escribir.
Por eso prefiero pegar una taza rota antes que tirarla, aunque sólo sea porque aún puedo oler ese café que me hicieron y no me tomé.
Por eso veo una película o escucho un disco en bucle... Sintiendo renacer todas las sensaciones de la primera vez, y me maravillo descubriendo detalles que me habían pasado desapercibidos en las cien ocasiones anteriores.
Por eso, prácticamente nada de lo que tengo posee un auténtico valor económico.
Pero en recuerdos, créeme, soy millonaria.
lunes, 26 de agosto de 2019
"El último, y me acuesto."
No, no te vayas todavía.
Por favor.
Sé que es tarde, que mañana madrugas mucho, que tienes mil planes y necesitas ese merecido descanso.
Pero, por favor, no me dejes aún.
Quédate un ratito más.
Sé que quieres que te cuente más de mí, que quieres saber todo lo que recorre mi cuerpo incluso cuando nadie me mira...
Por favor, por favor.
Te prometo que te haré soñar cuando acabemos.
Te prometo que éste será el último capítulo, y después podrás ir a dormir.
O no.
Quizás nos quedemos aquí, tú y yo, hasta que salga el sol.
Como pasó ayer.
domingo, 16 de junio de 2019
"Puta."
Hoy he pensado en todas las veces que me han llamado puta.
Como aquella vez en que alguien me llamó puta, y después me dijo que era de una canción de Extremoduro.
De eso hace ya una vida.
Pero los años mejoran el vino y el alma, y si ahora alguien me llamase puta, sólo le diría: pues sí.
Puta, y libre.
Puta, y fuerte.
Puta, y segura.
Pero, sobre todo:
La puta hostia soy, gilipollas.
"Que nada me interesa de alrededor
Y me subo a lo más alto de la locura
Me encuentro a mi princesa hablando con la luna
Echándose carreras a ver quién es más puta."
Extremoduro, "Puta".
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